CURIOSIDADES.
1. Es la mayor de los doce signos del zodiaco chino, pero aún así en lo que se refiere a tamaño es la más pequeña. Aunque no por ello es la menos peleona.
2. Tiene la habilidad de convertirse en rata, la cual es su forma animal. En dicha forma tiene el pelaje totalmente albino y orbes zafiro, al igual que en su figura humana.
3. Le gusta la lectura, aunque muchas veces no tiene el tiempo suficiente por lo que no puede disfrutar de ella.
4. Adora las flores y sus aromas, por ello trabaja en una floristería. Que mejor lugar para estar rodeado de esas fragancias.
5. Aunque le agradan otros animales no tiene ninguno que la haga compañía en casa, prefiere la tranquilidad de la soledad.
6. Las relaciones sentimentales no son lo suyo. Siempre ha tenido complicaciones para expresar sus sentimientos, por lo que la tachaban de insensible en muchas ocasiones.
7. Cuando tiene momentos de mucho estrés o incluso un gran enfado pasa a verse en su forma animal. Es una especie de mecanismo que se suele activar con emcociones fuertes.
8. Vive sola en una casa mediana, no es que sea demasiado pequeña pero tampoco en grande para una sola persona.
9. No le gustan los ruidos, al ser un ratón tiene el oído sensible y los sonidos muy fuertes, la hacen daño y la asustan.
10. Al igual que los demás zodiacos tiene una pequeña marca con la forma de su animal; la rata. En su caso está en su nuca, la cual se cubre con su cabello.
HISTORIA.

Hace siglos, Shangdi –conocido por ser el creador del universo- alzó un templo en el Pico Dorado de la Nube
Roja del Montse Fanjing. Era un lugar al que el hombre no podía acceder y siempre estaría protegido por el
mismo gracias a que se situaba en una reserva natural en la ciudad de Tongren, en la provincia de Guizhou,
China.
El templo no quedaría a la vista del ojo humano y si alguien lograba alcanzar su localización, este no
encontraría nada y la propia barrera que cubre el templo le dejaría de nuevo a los pies del Montse sin que este
pudiera recordar haber subido y toda idea sería erradicada y bloqueada de su mente.
Habiendo pensado esto meticulosamente, el creador del universo, Shangdi, llevó a cabo su plan para que los
humanos volvieran a concienciarse de los dioses que convivían con ellos sin ser notados, exiliados al olvido.
La fe estaba en declive y era necesario revivirla, apartar a la humanidad de la ignorancia mundana, como fuera
posible.
Es por ello que este decidió tomar a los doce animales del zodiaco, tan conocido y tan poco tomado en serio
por esa raza tan débil en comparación a ellos. Creó a las doce encarnaciones: Ratón, Buey, Tigre, Conejo,
Dragón, Serpiente, Caballo, Cabra, Mono, Gallo, Perro y Jabalí, cuyos ojos fueron abriendo en el mismo
orden según el calendario lunar, tan antiguo como la mismísima raza humana o más.
Todos ellos por igual, creciendo a un ritmo lento hasta alcanzar un cuerpo adulto y una edad madura, fueron
entrenados en distintas disciplinas, fueran idiomas, defensa, todo aquello que necesitasen para llegado el
momento, pudieran acoplarse al mundo terrenal y poder convivir con los humanos, bajo la misión de
protegerlos y devolverles la fe y el conocimiento sobre ellos y los dioses.
En doce territorios se dividió el mundo, a cada signo se le asignó un territorio y la misma misión. Aquellos
que por siglos y siglos habían crecido juntos, tuvieron que separarse para poder restaurar el equilibrio en la
balanza entre lo espiritual y lo terrenal. Cada uno distinto a los restantes, lo haría a su manera, buscaría su
propio camino sin saber a dónde les llevaría, sabiendo que al regresar al templo, a su hogar, siempre
encontraría las puertas abiertas y la barrera que las protegían jamás les negaría la entrada, pasara lo que pasara.
Ellos eran conscientes de que el reencuentro era algo lejano, no posible hasta que su cometido estuviera
completo. Su vida perduraría hasta que el último de los humanos sobre la tierra hubiera recuperado su fe.
En el caso de Shu, como la encarnación del ratón decidió tomar el camino más tranquilo y relajado posible. A diferencia de muchos de sus hermanos y hermanas, puede ocultar sus orejas y cola por lo que rara vez son visibles.
Ella decidió no irse demasiado lejos, quedarse cerca por si por lo que fuera necesitaban de su ayuda, quedándose en una floristería de la zona y así, atender a los humanos cuando ellos mismos lo necesitasen.
Nunca tuvo ningún amigo, así que no tenía donde quedarse por largos tiempos, solo se movía si en otro lugar la necesitaban... si no, ahí se quedaría por las largas y largas eternidades.